Celebrando Cinco Años de Buddha Monkeys: Reflexiones sobre Emprendimiento y Comunidad

Qué curioso, en el instituto no aprobé ni un examen de economía en 2 años y ahora tengo una empresa. Quizás sea porque nunca he enfrentado este camino como un proceso empresarial, más bien, lo he sentido como algo esencial (de esencia) y natural, como si fuera el paso que tenía que dar en mi vida.  Abrir Buddha Monkeys no fue algo que surgió de una planificación meticulosa, sino más bien de un impulso, o de sentir que era algo que tenía que hacer sí o sí, no se… Escribiendo esto, caigo en la cuenta de que desde que inicié el proyecto, no me he parado mucho a analizar ni a disfrutar.

Siempre he tenido una inclinación hacia compartir mis conocimientos o mi visión de una cuestión concreta, y cuando las circunstancias de mi trabajo anterior ya no resonaban conmigo, el universo me brindó la oportunidad de crear un lugar donde pudiera seguir haciéndolo de manera libre y honesta con mis creencias. Así fue como nació Buddha Monkeys.

Desde la apertura el 28 de octubre de 2019, la experiencia ha sido una montaña rusa. Apenas cinco meses después, la pandemia cerró nuestras puertas y obligó a todos a replantearse sus vidas y actividades. Con el máximo respeto posible al mundo en general, siempre diré que para mí la pandemia fue como unas pequeñas vacaciones, en casa con mi mujer e hijo, después de 2-3 años que llevaba con periodos muy extensos de trabajar, literalmente, todo el día. Estar en casa, supuso una reconexión con mi entorno, que me vino demasiado bien. Además, un poco por inercia (palabra que me ha acompañado bastante) di la opción de hacer videos con entrenamientos diarios sin material y en casa, y sin darme cuenta, tenía a más de 50 personas pidiéndome el programa. De esta manera aseguré unos ingresos sostenibles durante este periodo. Siempre he escuchado que hasta en la peor de las crisis, alguien sale beneficiado, y si bien no me atrevería a posicionarme en un lugar beneficiado, si es cierto que el ser humano avanza tras procesos de crisis y que cuando aparece un momento crítico, el que tiene la oportunidad (o la genera) de crear algo nuevo y superar el obstáculo, sale reforzado.

A lo largo de estos años, he enfrentado numerosos desafíos, principalmente de carácter burocrático y de gestión. Llegados a este punto es cuando me he dado cuenta de que siempre hay que tener una base, y que el conocimiento en gestión de recursos no viene dado y tiene que enseñarse, la educación económica es nula y en mi caso, cuando se me presentó en forma de asignatura en el bachiller, me cogió más ocupado en frustrarme con el sistema que en poder prever que me haría falta para un futuro, si total, lo suyo es sacarse una carrera y coger un trabajo seguro hasta la jubilación. Es una verdadera tragedia que no exista a penas el espíritu emprendedor, ahora bien, a las mentes inquietas (y culos inquietos) revolucionarias, como yo, preocupaos también de aprender un poquito a gestionar todo lo relativo al proyecto que soñéis crear. Empezaron a llegar: gastos inesperados, la necesidad constante de organizarse, las demandas de horarios de clase, de horarios libres, de cenas de empresa, de gestión de las redes sociales, de IVA, trimestres, guardar para reinvertir, etc. Realmente, no estaba preparado para esto, lo único que he podido hacer es asumirlo, afrontarlo y en ocasiones, pedir la ayuda necesaria para poder sintetizar toda la información a la que te expones en estos casos.

Otro punto desafiante ha sido el regular la intensidad de uno de los factores claves que se ha puesto de manifiesto en el mundo del entrenamiento moderno como valor de inflexión a la hora de obtener resultados en tu entrenamiento, la atención constante. Abriendo totalmente mi corazón aquí, ha sido complicado dosificarme de cara a los clientes. Por mi personalidad, o al menos la construida alrededor de mi ego, mi compañero guerrero en una gran parte de mi vida, he podido ver como cree Buddha Monkeys por mi propia necesidad de aportar valor a los usuarios de este, la paradoja es que inconscientemente ese valor seguramente venía de una necesidad propia de hacerme valer.

Por ello he tenido etapas en las que he tenido suficiente energía como para poder darme y otras en las que estaba tan desnaturalizado que no podía ofrecer mi atención durante el mínimo 11h diarias que pasaba en el Buddha. Alguna vez ha llegado algún comentario aislado de que alguien ha dejado el Buddha por no recibir una atención ‘’X’’ y a esos usuarios, simplemente les puedo decir, que sigo en el proceso de ofrecer algo que se amolde a las demandas del público. Como síntesis de todo esto, Buddha Monkeys es un entorno vivo, donde los integrantes de la comunidad se relacionan entre sí y se apoyan y refuerzan, yo estoy totalmente centrado en ofrecer una programación de una calidad humana muy alta, y de que cualquier persona que entre, se sienta como en casa y tenga libertad de ser dentro de nuestro espacio. Ahora bien, también tengo la misión de construirme como persona, de seguir creciendo, de ser un padre y un compañero presente para los míos, por ello mi atención, está totalmente volcada en crear ese entorno y en que tengas los medios para desarrollarte hasta el máximo de tus capacidades, que paradójicamente, se que seguramente, lo hayas hecho estando aquí con nosotros.

En fin, ha habido tiempos de mucho cambio, pero siento que la esencia de lo que somos se ha mantenido. Me siento orgulloso de haber construido un espacio donde la gente encuentra no solo un lugar para entrenar, sino un lugar para crecer y aprender juntos.

La realidad es que, si por algo me he dado siempre golpes en el pecho, ha sido por mis valores. Si bien el constructo mental que tenía de ellos ha variado en esencia, he aprendido que, a pesar de los errores cometidos, lo fundamental es mantener la autenticidad y no dejarse atrapar por lo que la sociedad espera. El verdadero crecimiento proviene de crear algo que trascienda lo viejo y lo obsoleto y que empuje a las personas hacia un futuro más saludable y funcional.

Vomitada la parte emocional que vengo sintetizando relacionada a la primera etapa bebé de Buddha Monkeys, quiero construir un proyecto maduro y totalmente sostenible, que cubra unas necesidades y que aporte algo que realmente pueda contribuir a una transición en cambio en la vida de muchas personas.

Mis objetivos a corto plazo son asentar a Buddha Monkeys como un referente en el entrenamiento funcional y seguir ampliando la marca, haciéndola conocida como un espacio (tanto físico como a nivel de idea) que aboga por un crecimiento humano orgánico. En cuanto al largo plazo… Aviso, siempre he sido un soñador. Buddha Monkeys es un concepto que trabaja desde el crecimiento holístico, personalmente, siempre me ha gustado influir, poder aportar, dar a mi entorno posibles claves para su crecimiento, y por ende, el mío propio, por tanto ser una marca asociada al bienestar, el culto a un físico orgánico y saludable y, por que no, una corriente de pensamiento en la nueva era en la que estamos, actualmente, cabalgando, es un objetivo y un reto, que siento que he venido a realizar.

Finalmente, dejo una reflexión para aquellos que desean emprender, sea en el área en la que sea: tiempos difíciles se acercan, se ha perdido el sentido de lo que es natural al ser humano, pero dentro de ti, sigue guardada la llave, la información de lo que es para ti. Al final del día, si hacemos las cosas desde el corazón, desde lo que intuyes que es lo correcto, dejarás espacio para que suceda la magia.

A medida que celebramos este quinto aniversario, agradezco a cada miembro de nuestra comunidad por ser parte de este viaje. Juntos, seguimos creciendo y transformándonos.

Espero que todos sigamos compartiendo nuestro aprendizaje y experiencia, y que Buddha Monkeys siga siendo un espacio donde nos apoyemos mutuamente en el camino hacia el bienestar.

Atentamente.

Joaquín Rizo Fernández. CEO de Buddha Monkeys.